¿Hasta cuándo el viento erosionará la gran montaña?

¿Hasta qué edad piensas seguir subiendo?
“Mientras pueda caminar. La otra vez llegué a una cumbre y me puse a pensar en cuántas veces más podré seguir disfrutando esto. Si me quedan pocas veces, lo voy a disfrutar a concho. Ahora gozo más el momento. Miro, respiro, canto. Una alumna una vez me dijo: ‘Oiga profe, usted canta harto feo’. Es cierto, le dije. Si yo cantara bonito estaría en la televisión ganando mucha plata y no sacando a un montón de gordas a la montaña. Nunca más me criticó”.

¿Cómo te ves en 10 años más?
“A lo mejor ni estoy vivo. Mi mujer sueña con irse al sur. Yo sueño con irme al norte, al desierto, donde mi vista se pierda en el horizonte, con cielos azules y noches estrelladas. Nací ahí como dice la canción ‘nací en la pampa donde nunca una flor creció, ni del arroyo que serpentea su cristalino fluir se oyó’ ”.

¿Cómo te gustaría que te recordaran?“Mis amigos me van a recordar positivamente y mis enemigos van a decir ‘qué bien que se murió este desgraciado’. Para mi funeral van a ir todos y darán muchos discursos. Va a ser un funeral muy grande. Cuando murió mi hijo fue mucha gente, no porque lo conocieran, sino porque sabían que era hijo de Claudio Lucero. Cuando uno muere va toda la gente a verlo, pero cuando uno está vivo ni lo recuerdan. Una vez en Valparaíso me hicieron un homenaje. Me regalaron una placa recordatoria y me hicieron una torta en forma de montaña. Esas son las cosas que valen. Lo único que me interesa es cómo me van a recordar mis hijos. Ojalá tal como fui. La gente en el recuerdo agranda a las personas o las minimiza. Tengo una hija pequeñita de tres años, la Sofía, y todavía no le puedo hablar de mi vida. Espero no morirme antes de poder hacerlo”.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Charlatan!!!

Anónimo dijo...

LUCERO SUBIR TANTAS MONTAÑAS TE CAGO EL CEREBRO

Unknown dijo...

dejan anonimamente un comentario que denosta al maestro..yo no lo conozco personalmente ,pero eso no me da el derecho de no creerle ....el viejo es sabio de eso no hay duda...que ha subido cerros si los ha hecho pa mi con eso basta...

Anónimo dijo...

Claudia
Lee el libroEl Milagro de los Andes de Nando Parrao.Es un ejemplo de vida y esperanza.Lo de Lucero es una vergüenza pobre tipo ,la gente de montaña es especial ,pero este tipo ,no vale nada ,creo que la altura ,por la falta de oxígeno dañó su cerebro,me da pena

Anónimo dijo...

Todas las personas tenemos cosas buenas y cosas malas, Fue mi profesor en la Universidad y al menos las veces que hice montañismo con el fue un a persona muy profesional en su área, no lo puedo juzgar como persona, hay que separar las cosas, se preocupaba de que llegáramos bien a la cumbre, el primero en llegar, el último en bajar y nos mantenía cerca suyo. Me transmitió valores de vida: perseverar, no rendirse, conocerse a si mismo, pero no le podemos pedir que nos de valores morales, pues no se dedica a eso.
le creo todo, aunque claro, como toda persona tiene su carácter y sus errores.

Anónimo dijo...

No creo que por la fama.Si creo que eran muy jovenes e inexperientes.Pero realmente si hubieran salido enseguida hubieran encontrado rescate pronto.Tambien eran unos nenitos de mama no acostumbrados a pasar mal.Cualquier uruguayo pobre del momento capaz que se queda a vivir en el avion y todo.Solo ellos saben si comieron carne o inventaron.No creo que fueran sobrevivientes,solo fueron estupidos y tuvieron suerte porque eran deportistas y jovenes.Y dejen de lucrar con los muertos.

Anónimo dijo...

Si se informan y leen, verán cuántas expediciones intentaron, porque por experiencia se aprende. De haber sabido estaban más cerca de Argentina q de Chile, otra hubiese sido la salida. Ud. Sr. Lucero mismo dice el frío q pasó en su "bivouac" a los 7 mil mts para llegar a la cima de 8 mil de "Su cerro" - ví se lo cuestionan- Bien, Nando al pasar una cima, nombró al monte Seller en honor a su padre, y siguó algunas noches más en el frío (sin bivouac). El "Mount Seller" está en los mapas.

Anónimo dijo...

No lucran con los muertos. Transmiten lo que vivieron, y que no buscaron vivir.